La era de la información, las nuevas tecnologías, el comercio electrónico y las redes sociales; han propiciado la evolución de las técnicas de los estafadores, pasando del conocido timo de la estampita a elaboradas maquinaciones que permiten a estos delincuentes actuar sobre un mayor numero de personas y un mayor volumen de nuestro dinero.
A ninguno le es ajena la normalización del comercio online en nuestras vidas, hasta el punto que, el acto de introducir los números de nuestra tarjeta bancaria en una plataforma online, ha pasado de inspirarnos un profundo respeto, a no darle la más mínima importancia.
Sin embargo, debemos tener muy presente que, nuestra tarjeta bancaria es la llave del estafador para acceder a nuestro dinero, y este es un mantra que debemos interiorizar.
Según fuentes policiales el volumen de estafas online se ha incrementado en un 70% durante el confinamiento, lo que no es de extrañar, ya que, hacemos mayor uso del comercio electrónico que antes, y cada día, surgen nuevas plataformas de compra y tiendas online (Marketplace).
Al principio, todos pensamos que sabremos identificar una estafa de una buena oportunidad de negocio, o de una plataforma de compras legítima, pero como digo, la evolución en este sentido es tan vertiginosa, que cada vez es más difícil advertir esta distinción, no digamos para aquel que no esta familiarizado con la Red…Por eso, es importante saber como actuar ante una posible estafa o acceso a nuestros datos.
En primer lugar, debemos tener en cuenta las formas de acceso que los estafadores utilizan para embaucarnos:
- Contacto directo: El estafador contactará con nosotros a través de llamada, mail, SMS o WhatsApp, requiriéndonos la contestación a la comunicación, la apertura de algún archivo o el envío de algún dato concreto.
Las técnicas de suplantación han evolucionado tanto, que son capaces de, mediante un estudio previo de nuestra bandeja de mail o nuestro terminal móvil, confeccionar una comunicación tan ha medida que, a simple vista, es difícilmente confundible con la de un proveedor, cliente o contacto con el que hayamos mantenido conversaciones.
- Contacto indirecto: Nuestro historial de navegación y cookies permite a los estafadores ofrecernos una publicidad online, según nuestra preferencia de consumo, que, encierran espacios web destinado exclusivamente ha dirigirnos hacia una estafa.
Desde mi punto de vista, podemos distinguir dos mecanismos de prevención y protección: material y subjetivo.
La protección material, son los medios disponibles para el usuario que, en mayor o menor medida, permite proteger nuestros equipos de los accesos ilegítimos no consentidos que facilitan al estafador la tarea de estudio de nuestra información digital para confeccionar una ardid que resulte realista para nosotros. En la práctica, estamos ante un antivirus de calidad, homologado y genuino.
No menos importantes son los medios de pago, los cuales, como mínimo deberán garantizar la seguridad y anonimato de nuestras transacciones.
El ultimo elemento de protección material son los seguros. En este sentido, es importante que nuestras tarjetas de crédito/débito, incluyan un seguro de reembolso de cantidades perdidas en caso de estafa digital.
La prevención/protección subjetiva es aquel conjunto de técnicas y conocimientos que el usuario dispone para identificar y evitar una estafa online; y en este aspecto debemos concretar varias circunstancias:
1º Análisis del contenido de la comunicación: Cualquier comunicación reiterativa, incoherente o que no responda a una petición o comunicación nuestra deberemos considerarla sospecha, a pesar de que pueda parecer que proviene de un contacto o entidad conocida.
2º Identificación del remitente: Ante las comunicaciones sospechosas o inesperadas, deberemos cotejar el remitente.
A priori, esta circunstancia es fácilmente identificable, pues, normalmente, los estafadores no son capaces de remitir la comunicación desde el mismo dominio que están suplantando, siendo comunes los siguientes ejemplos para entidades conocidas: amazon@yahoo.es; nike@hotmail.com. Para aquellos contactos que están en nuestra lista, suelen utilizarse dominios poco comunes, que, si bien incluyen el nombre de nuestro contacto, no incluye su dominio habitual, utilizándose dominios como @ran.es, @laviallatea.it,….
3º Traslado a SPAM y borrador, ante cualquier dirección de correo desconocida, o que no se corresponda con la entidad emisora, deberemos marcarla como SPAM y eliminar la comunicación, anotando el remitente para identificarlo en el futuro.
Lamentablemente, a pesar de estas recomendaciones, que pueden parecer de sentido común, nos encontramos con infinidad de personas que acuden al despacho porque mediante este tipo de estafas han perdido gran parte de sus ahorros.
Si tenemos la mala suerte de ser víctimas de una estafa y llegamos a depositar alguna cantidad de dinero, con independencia de la cantidad que hayamos transferido, no debemos perder la calma, pues, en la mayoría de los casos, nuestra desesperación sumada a la habilidad de los delincuentes informáticos conduce a caer en nuevas tretas que persiguen el abono de nuevos depósitos bajo la falta promesa de recuperar lo perdido.
En este caso, lo primero es bloquear la tarjeta de crédito con la que hayamos efectuado el pago y seguidamente, poner en preaviso a nuestra entidad financiera, para que tome las medidas necesarias para proteger nuestros activos. Por último, debemos contactar con un despacho especializado en ciberdelincuencia para estudiar las posibilidades de recuperación de las cantidades perdidas, así como estudiar las pólizas de seguro de nuestros productos bancarios y gestionar el posible cobro de las cantidades aseguradas.
Antonio Lozano – Socio del departamento Penal en JL ABOGADOS.
En Jimenez y Lozano contamos con los mejores expertos en ciberdelincuencia, y te asesoramos sobre delitos en la red que hubieras sufrido. La primera consulta es gratuita, llámanos sin compromiso.